Imprevistos.
- Por saramillor
- El 28/06/2017 a las 20:44
Estaba en la cafetería de siempre, la de la esquina, donde puedes encontarme todos los sábados a las ocho de la mañana. Siempre voy allí a por un café con leche y un par de barritas energéticas, para después ir a dar la vuelta a la manzana. Normalmente a esas horas no hay apenas gente, y hoy no era una excepción. De fondo sonaba una sinfonía para piano, seguramente de algún compositor famoso. No estoy muy metida en el tema de la música. Intentaba escribir algo nuevo, pero no encontraba la inspiración. De repente, alguien abrió lentamente la puerta del café. Era un chico bajito, moreno y delgado. Físicamente no llamaba mucho la atención, pero tenía un comportamiento un tanto especial. Se acercó a la barra y se quedó en silencio unos segundos, pero no pidió nada. Me miraba de reojo, así que bajé la mirada hacia mi cuaderno. Era una de esas típicas situaciones un tanto incómodas y sin sentido, que luego terminan en una historia de amor. Pero esta era diferente. Al final se decidió por un té rojo. Se lo sirvieron en una taza y, no para mi sorpresa, se acercó a mi mesa y se sentó en la silla de enfrente. Ambos nos quedamos mirándonos en silencio un buen rato, hasta que dijo en voz baja: -No tienes ni idea de quien soy, verdad?. Efectivamente, no tenía ni idea de quien era aquel chico. En un momento de debate mental pensé en todas las personas de las que me había despedido alguna vez. Y ,como si me hubiera escuchado, respondió: -No vayas por ahí, ese es el problema. Él y yo no nos habíamos despedido, pero estaba claro que tampoco seguía en mi día a día. -No entiendo- respondí confusa. Se remangó la camisa y me mostró su muñeca. Aquella especie de letra árabe me la conocía bien... ¿Cómo podía ser? ¿Cómo podía haberle olvidado? Creía que sería imposible.