¿Cómo se vive esto?
- Por saramillor
- El 22/09/2019 a las 21:14
VIDA: Propiedad o cualidad esencial de los animales y las plantas, por la cual evolucionan, se adaptan al medio, se desarrollan y se reproducen.
Nuestra existencia no puede ser reducida a cuatro fases, no puede tan simple. De hecho no vendría mal un manual de instrucciones, pero si lo hay debe de estar en chino. 12 meses repetidos en bucle idefinidas veces, y ni uno sólo igual que el anterior. Sin darnos cuenta, vivimos atados a un reloj, a una cuenta atrás, con la incertidumbre de no saber cuanto tiempo nos queda. Eso sí, hasta que el cronómetro llegue a cero tenemos el deber de disfrutar del regalo que tenemos delante, porque en cualquier momento se nos puede escapar de las manos y salir volando. Y como un globo en el aire, nunca podremos recuperarla. La vida es un bien que no nos pertenece ni nunca lo hará, repleto de almas vulnerables que van, vienen, vuelven y se marchan. De la misma forma que nosotros no pertenecemos a nadie, ellas tampoco nos pertenecen. En sus manos está compartir su vida. Sus momentos, sus risas y sus lágrimas. Hacernos compañía, contarnos sus secretos. En soledad o en compañía, la vida son atardeceres en medio del océano con sabor a sal en los labios. Noches al aire libre viendo estrellas. Tardes de tormenta con un libro y un café. Una recopilación de recuerdos de lo bonito que fué. Una y mil oportunidades que aprovechar. Como salidas de una canción de Khalid, nuestras vidas son una montaña rusa. De las grandes, intensas, que hacen que el corazón se te salga del pecho y te dejan sin aliento. Venimos con un billete comprado sin viaje de vuelta, pero nosotros decidimos si subir. Si otros pudieron, ¿por qué nosotros no? Primer riesgo que estamos dispuestos a correr. Aprendemos, exploramos, hacemos alguna travesura sin maldad que se arregla con pedir perdón. Nos pasamos el día con una sonrisa en la cara. Lo vemos todo claro hasta que llegan los sentimientos para nublarlo todo. Cuanto más subimos, más queremos, más nos encariñamos, más cerca estamos de tocar el cielo. Ya casi lo podemos tocar con la yema de los dedos. Y entonces... caemos en picado. El camino está lleno de piedras que nos dejan heridas, algunas que dejan cicatrices. La niebla a veces es tan espesa que parece haber llegado el final, un túnel sin luz, un laberinto sin salida. A veces falta el amor propio, la autoestima, la salud, el bienestar personal, el dinero. Pero todos estamos aquí por una razón, con un propósito y muchas metas, y rendirse no es una opción hasta que lo consigamos. Levantarse cada mañana en tu casa es una suerte, poder vivir es una suerte. Ojalá consigamos entender lo afortunados que somos y llevar puesta una sonrisa cada día. Y que si nos salen arrugas, que sea de reírnos tanto.