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  • Momentos

    Nos pasábamos la semana buscando el momento perfecto. Ese punto muerto que marcara nuestra mañana. Y esa era nuestra forma de acortar esos tres meses que quedaban para decirle adiós al instituto. Después de otros seis ya había confianza, y cada día más momentos casi perfectos, pero efímeros. Se había convertido en rutina dar un beso al llegar y otro al marcharse, compartir el radiador, hacerse cosquillas, robarnos cosas, buscar la inspiración en el techo, hacer grupos, andar al mismo paso, intercambiar gorras, estar callados, mirarnos con una sonrisa, hacer apuestas, abrazarnos, acariciar mejillas, subirnos a las mesas, mandarnos notas por el suelo, prestarnos dinero, cambiarnos de sitio, pintar en el encerado...

    Nos decían que aún quedaba mucho curso por delante, pero nosotros sabíamos que ese tiempo se nos iba a escapar de las manos, por eso intentábamos aferrarnos a esos instantes de felicidad que pronto echaríamos tanto de menos, sin poder evitarlo. Tanto tiempo juntos nos hizo darnos cuenta de lo mucho que necesitamos sentirnos queridos, importantes, especiales. Y de lo valiosos que son esos momentos que nos hacen crecer juntos, y sobre todo, reír juntos.

  • Palabras Y Señales

     28 de octubre. 6:51, según el reloj de mi móvil sin apenas batería ni cobertura. Hoy la mañana no se ha podido levantar más triste y lluviosa, por eso me he refugiado en esta minúscula y abandonada cabina de teléfono. Lo único que me da luz para escribirte son las pocas farolas de cristal que quedan sin fundir en este sombrío lugar al que por algún error he llegado. Te escribo estas líneas porque de alguna manera, mi conciencia me obliga a ello. Tú mejor que nadie sabes el riesgo que estoy corriendo al llevar a cabo este plan en un día como hoy. Las agujas se me adelantan, así que sólo puedo decirte que en este preciso momento, esa persona a la que llevo años esperando y a la que de pronto temo tanto, acaba de darme la señal con la que partiremos. Y ya me despido. Cuando leas esto quizás sea tarde, pero pásate por casa y cuéntaselo a mi familia, ya que yo no te tenido el valor suficiente. Espero verte pronto, o al menos volver a verte. Cuídate mucho, Ian, al igual que me cuidaré yo.